Nos encontramos con que tenemos mucho
que hacer y nos falta tiempo para ello. Y cada vez más. Algo que hacíamos sin
dificultad en una tarde ahora nos cuesta días porque a medida que vamos
adquiriendo responsabilidades, cuesta más mantener en orden todo lo que debemos
hacer.
Lo que se describe a continuación son
una serie de pautas y consejos que a mí me han venido bien para organizar mi
tiempo cuando tenía demasiadas tareas con las que coordinarme (trabajo,
proyectos de la universidad, tareas de casa...).
Si tenemos mucho a lo que prestarle
atención es posible que algunas cosas se nos olviden o no seamos completamente
conscientes de todo lo que tenemos que hacer, dando como resultado que vamos
posponiendo tareas y las vamos dejando para mañana. Todo lo que vamos dejando
para el día siguiente por pequeño que sea va acumulándose hasta que no nos
queda más remedio que hacerlo. Y si entre estas tareas hemos ido dejando “para
mañana” los proyectos e ideas personales que tenemos, terminaremos no
haciéndolos, pues aquello que tiene más inmediatez por ser una obligación (las
tareas de casa o el trabajo) tendrá más prioridad que nuestras actividades
personales.
Cuando vemos que no avanzamos en las
cosas que tenemos que hacer, sobre todo con proyectos personales, terminamos
perdiendo la motivación porque creemos que no somos capaces de hacerlas. Pero
lo cierto es que muchas veces el problema radica en una falta de organización
que, subsanándola, puede permitirnos hacer todo lo que queremos y, además,
dejarnos algo de tiempo para el ocio y el tiempo libre.
Es muy posible que estos consejos no
sirvan para todo el mundo, pero yo al menos, teniéndolos en cuenta, he podido
distribuir mejor mi tiempo entre todo lo que quiero hacer.
1.
La lista
Aunque nos acordemos de las cosas que
tenemos que hacer, registrarlas en una lista hará que nos resulte más sencillo
saber exactamente qué es lo que hay y el tiempo que podría tomarnos. Si además
va acompañado de una fecha límite para realizarlas nos puede servir para
obligarnos a no dejar que pase mucho tiempo para hacerla y seguir teniendo
tiempo para otras cosas.
Una herramienta muy buena para esto si
tenemos fechas de entrega involucradas es Google
Calendar. Nos permite tanto poner las tareas como una agenda
cualquiera y además, una vez finalizadas, podemos tacharlas después. Resulta
mucho más gratificante tachar una tarea que borrarla. La tarea sigue ahí y sabremos que la hemos hecho, dándonos un
empujón a ir tachando las restantes.
2.
Proponer un mínimo de trabajo a terminar cada día
No un mínimo de héroe, uno realista. Y si pueden ser tareas diferentes, mejor, pues nos dará una mayor sensación de estar terminando cosas
y no aburrirnos. Tampoco tienen porqué ser las mismas tareas todos los días.
Por ejemplo:
Día
1:
-Una hora de estudios del natural.
-Abocetar dos páginas de cómic.
-Entintar una página de cómic.
Día
2:
-Preparar los bocetos del proyecto de
alguna asignatura.
-Colorear una página de cómic.
-Ordenar la habitación. (En serio,
poned este tipo de tareas también. Todas las que os puedan absorber algo de
tiempo.)
Y así con todos los días. Podéis
planificarlo una vez a la semana para tenerlo claro si queréis tener una
organización más flexible o una vez cada varios meses si vais a tener que tener
muy bien medido el tiempo.
3.
Dejar el ocio para cuando se termine lo propuesto para ese día
No entrar a redes sociales, apagar el
móvil, no jugar a cosas entre tarea y tarea. Un descanso de 10-15 minutos cada
dos horas para beber algo o picotear está bien, pero nada que pueda distraer en
exceso de lo que estáis haciendo.
4.
Dejar un día o dos a la semana para descansar completamente
Esto se explica solo. El descanso es
necesario siempre. Sin descanso el trabajo propio se resiente o se hace menos
llevadero. No resulta nada sano trabajar sin parar sin dedicar un tiempo a
nosotros. Quedarse encerrado en casa tampoco es recomendable.
Si tenemos problemas con algo o nos
sentimos bloqueados respecto a cualquier cosa, salir al exterior, ir a tomar un
café fuera o simplemente pasear ayudará mucho a ver las cosas de otra manera y
con suerte, enfrentarse a lo que tenemos que hacer con muchas más ganas que
antes.
Los primeros días es normal que esto
resulte difícil de seguir, pero a mí al menos se me va haciendo más llevadero
cuando mantengo apuntado todo lo que he ido haciendo pues ya que sé que estoy
terminando cosas y eso me da energías para seguir haciéndolo al día siguiente
sin distraerme. ¡Espero que os sirva!
Y hasta aquí los consejos de esta semana. Os esperamos la semana que viene con una nueva entrega, esta vez un tutorial de dibujo que a muchos os servirá, pero hasta entonces será sorpresa. ¡Hasta la semana que viene!
Laura Kjoge es una dibujante y autora de cómic española. Hace unos años publicó Nómadas con la editorial Nowevolution, y ahora está inmersa en su webcómic de terror Infected Instinct, el cual podéis leer de manera gratuíta en subcultura.
0 comentarios: