Una semana más que pasa y un nuevo recordatorio nos devuelve a la memoria del número del pasado Octubre. En ésta ocasión nada más y nada menos que un Taller de Rol de la mano de Álvaro M. (Quartenyo) orientado a como organizar las sesiones rol:
"¿Qué rolero con algo de experiencia no ha tenido una de esas maratones de juego, de pasarse ocho, diez, doce o más horas jugando? Con descansos para la comida y la cena, sesiones tan largas que ocupan un día entero, a veces el día y parte de la noche... ¡Personalmente, hasta en ocasiones el día y la noche completos, hasta llegar casi a las veinticuatro horas de una tacada!
Ahora, seguramente, habrá quien estará asintiendo vehementemente, recordando sus “batallas” o sus sesiones, y por otro lado estarán quienes habrán abierto mucho los ojos y pensado: “Eso es una salvajada”.
Bueno, para muchos de nosotros correr cuarenta y dos kilómetros (¡Y pico!) es algo impensable también y, sin embargo, ahí está la gente y -cada vez más- que se apunta al “running” famoso, que echa a correr sin mirar atrás. ¿Podríamos considerar entonces nuestras maratones de rol un deporte?
Siempre es cuestionable. Depende. Pero ¿Qué hace de estas sesiones algo especial?
Sin lugar a dudas, y a mis ojos, si algo hace especiales a estas sesiones tan intensivas, es el hecho de que después de unas horas, cuando estás jugando, has logrado entrar en la mente de tu personaje y puedes “interpretarlo” con fluidez. Normalmente, si juegas en sesiones cortas ese ritmo se interrumpe, y es más complicado que haya una continuidad. Si hoy te encuentras más despierto, más feliz, más frustrado, o como sea, eso se va a reflejar en tu personaje. Si el próximo día tu humor es otro, claramente habrá otro reflejo distinto.
En una sesión como esta la continuidad es mucho mayor, los personajes conectan de una forma más personal al no haber esos choques y esa variación de humor... Y claro está, bueno, siempre tenemos también la ventaja de cuantísimo se avanza en una historia durante una partida así.
Eso nos trae también a los riesgos de esas cosas. Un master tiene que estar enormemente preparado
para lanzarse a algo así, a decir: “Juguemos durante las próximas diez horas”. Porque en una sesión de dos horas, si algo se tuerce a la media hora y hay que para no descarrilar demasiado una partida.
Cuando una partida se tuerce a la media hora y quedan quince por delante... O el master lo tiene muy claro y sabe cómo jugar sus cartas, o puede desmoronarse todo rápidamente. Y desde luego, a título personal puedo confirmar que puede llegar a resultar enormemente frustrante, tener que parar una partida porque al master ya nada le cuadra, y lo que esperabas que fuera una emocionante partida acaba siendo... ¡bueno! Literalmente cualquier otra cosa.
Como último inciso y a título personal... Mis recomendaciones. Considerándome como me considero un veterano de sesiones intensivas de esta naturaleza, siempre veo los mismos patrones y creo que muchos de ellos no son demasiado sanos.
Siempre hay quien se compra dos o tres bebidas energéticas (el terrible Monster ese que beben los jóvenes hoy en día, dios mío, no se cómo no les explota el pecho), pensando que con eso van a mantener el organismo funcionando. No funciona, os lo digo desde ya. Jamás lo he visto funcionar. Es decir, la explosión de energía inicial es engañosa, porque cuando, un rato (no tan largo como uno podría esperar) más tarde cuando esa explosión pasa, el bajón es hasta peor.
Por lo tanto, ¿personalmente? Café, buena comida, algo de buena música de ambiente, y por supuesto e igual que en cualquier deporte: nada de locuras.
Y a disfrutar, siempre a disfrutar."
Y tras todo ésto... ¿a quién le apetece una buena sesión de rol? ¿o quizás os pica la curiosidad por el contenido del resto de la revista? Si la respuesta a ésta última pregunta es "¡si, mucho!" podéis echar un vistazo completo en el siguiente enlace y disfrutar del número completo.
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