Gears, de Angye Fernández y Simón Brand (reseña)



William Gears es un joven superdotado cuya obsesión es llegar a construír la autómata perfecta. Su fuente de inspiración, el creador del primer autómata, fue arrestado por atentar contra la moralidad, pero Gears consigue robar los documentos de sus investigaciones. Confiando en encontrar lo que busca en el laboratorio de su predecesor, Gears secuestra a Marie Écrou, uns hermosa noble francesa que responde al ideal de belleza que tenía en mente.

La historia de Ángela Fernández (dibujante) y Simón Brand (guionista) nos adentra en la historia de William Gears, un hombre obsesionado con la creación de autómatas, arisco y gruñón. Solo tiene en mente la creación del autómata perfecto, con una belleza que el paso del tiempo no sea capaz de corromper. Un día descubre en un periódico a la que es, para él, el ideal de belleza que busca para su autómata perfecta: Marie Ecrou. En ese momento comienza toda una odisea con el secuestro de Marie, las discusiones entre ambos debido a sus diferentes caracteres y una persecución que acabará donde se esconde aquello que Gears busca.

La  historia siempre gira alrededor de un tinte filosófico, alrededor de la belleza, la obsesión, el amor y la libertad, temas que tocan los mismos protagonistas a lo largo de toda la trama. Es un tomo autoconclusivo y cumple perfectamente su cometido ya que al final de la obra todos los cabos se han ido atando perfectamente y no queda nada suelto, dejándonos con la sensación de que es así como ha de terminar. Aunque la historia va desarrollándose con bastante calma, el final se vuelve un tanto frenético (algo normal en tomos únicos y autoconclusivos), pero han conseguido que no sea tan notable para el lector y se haga fácil de seguir.

El dibujo es bueno, con un estilo que destaca debido al cuidado de los personajes principales, con esa ambientación steampunk tan detallada. Posiblemente una de las cosas que más destaca son los escenarios, con una gran variedad, desde talleres a hangares, desde cielos abiertos a jardines cubiertos con una cúpula de cristal.

Los personajes principales destacan sobretodo por sus remarcadas personalidades, lo que les hace ser completamente opuestos. Los secundarios están ligeramente menos detallados en este aspecto, pero cumplen perfectamente el cometido que tienen en la historia y, con el espacio narrativo que e les ha dado en un solo tomo era imposible ahondar más en ellos.

Gears, en definitiva, es una historia bastante recomendable, bien cerrada y con un bonito final que no os dejará mal sabor de boca. Los nuevos Gaijines vienen pisando muy fuerte.

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